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CAPITULO III
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LOS INVENTOS DE LOS DOS HERMANOS CARROLS
Lo que Margarita vió
nunca lo había visto jamás. Había
muchísimas flores de muchos colores a punto de abrirse, con lo que esto
significaba. Nuevas vidas, nuevos
llamises que proteger y querer.
-¿Puedo acercarme a
la rosa blanca? Susurró con voz suave Margarita.
- Sí, claro que puedes
acercarte. Le contesto Dorio
Margarita se acercó
puso su oído, y escuchó los latidos del corazón de un nuevo ser que estaba a
punto de ver la luz del mundo de los dos soles. El sonido era hipnótico, casi
para entrar en trance.
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No es solo eso. También tenemos más cosas. Mira alárgame
esa escoba azul que tienes a tu izquierda, dijo Dorio.
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Fíjate, me monto y con el motor que lleva por dentro
puedo volar por todos sitios. Le explico
mientras se montaba el mismo Dorio.
Y así fué como pudo
volar sin magia por toda la sala, ante la asombrada mirada de Margarita, que
por primera vez estaba llorando desde que había acabado la guerra.
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Sigue faltando lo de la invisibilidad. Tendremos que
tener cuidado, pero está muy bien, pero que muy bien todo. Dijo Margarita.
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Mira; Esta tela se llama Metaflex. Puede hacer que la luz
se doble entorno a ella, haciendo que el ojo de cualquier ser vivo no lo vea.
Le comentó Azucena y se lo puso a la
propia Margarita en la mano derecha,
para de esta forma demostrarle que no estaba mintiéndole. Ella pudo ver como su
mano se volvía totalmente invisible. Era vivir con magia pero sin ella.
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¡Es estupendo!, ¡maravilloso!, no paraba de repetir
Margarita. De repente ese momento tan maravilloso se rompió con el sonido de
unas campanillas , que son el aviso de que las flores van a abrirse.
Aparecieron llamises
pequeños, de todas las razas, ¡eran preciosos! y se pusieron a llorar todos a
la vez. Como no estaban muy lejos de palacio llevaron todos los bebes allí en
una sala habilitada para ellos. ¡Fue maravilloso!, todavía lo recuerdo.
Ya habían pasado cinco meses, y todo el mundo estaba reconstruido.
Margarita tenía su propio despacho con secretaria. Dorio y Azucena eran consejeros de Ciencias Fantásticas.
Margarita y Dorio
habían contraído nupcias en el reino. Fue un enlace precioso. Ella iba con un
vestido de color azul cielo, con un collar de perlas del mismo tono, estilo muy
romántico ,y falda de bailarina. Y el cabello teñido para la ocasión también de
color azul , como el vestido de novia.
Cuando llegó al palacio nosotros estábamos esperándolos,
ya que aquí nosotros los reyes somos quienes realizamos estas ceremonias, llegó
el momento de entrega de los objetos símbolo de la vida en común: Comenzaron
cuando ella le entregó, como es
costumbre unos zapatos del mismo tono que llevaba el vestido la novia, y él con
un gran chaqué, que fue muy criticado por los presentes ya que era de estilo
muy humano de color morado muy suave, pero Dorio era así lo mismo te encontraba
la solución para reconstruir el mundo sin magia, que lo que
dijera alguien a sus espaldas, al él le traía sin cuidado. Le entrego unos
magníficos zapatos de tacón, que había hecho fabricar por nuestro mejor
zapatero que respondía al nombre de Daniel.
Luego llegaron los
votos, y ella dijo:
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Yo te entrego estos zapatos, a ti para que juntos hagamos un camino juntos de respeto y de
amor.
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Yo, Dorio, te entrego a tí Margarita Lima estos zapatos,
para que tú con ellos seas mi compañera, desde el respeto y el amor.
El siguiente objeto
es un diamante fabricado con el pelo de cada uno de los contrayentes, y es
entregado al otro en forma de collar.
Esta vez, comienza el
último que ha hecho el anterior obsequio.
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Yo, Dorio, te entrego este diamante de color morado, que
simboliza la prosperidad de nuestra unión y la pureza de la misma. Dijo
emocionada Margarita.
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Te entrego este diamante de color azul y este otro
naranja, porque los dos, somos tan
diferentes como estos colores pero sin embargo no podemos separarnos. A
Margarita le temblaba la voz de la emoción infinita que estaba sintiendo en ese
momento.
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Ahora nos toca a nosotros, dijo el rey Paz. Nosotros
estamos muy contentos de lo que está ocurriendo hoy. Dos grandes llamises que
se aman y que van a comenzar a recorrer
el camino de la vida juntos.
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Yo, la reina Concordia, me siento plenamente feliz. Ahora
puedo mirar nuestro mundo. Ya hace más
de cinco meses de nuestro calendario astral,
puedo decir que ya está
totalmente reconstruido.
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El amor ha llegado a vuestros corazones, como esta reconstrucción.
Poco a poco , pero con cimientos sólidos e imposibles de destruir.
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Ahora coged vuestras manos y decid estas palabras que
vienen en el pergamino que os entrego.
Margarita
comenzó, no sin antes pararse , unos
breves instantes.
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Yo ,Margarita, te tomo a ti ser de vida de la naturaleza
y de la magia, delante de todos los presentes que están en este reino y de los
que no están. Me comprometo a trabajar para que nuestra convivencia no decaiga
en la rutina, para que cada día busquemos una cosa positiva del otro antes de
ir a dormir.
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Yo, Dorio, te tomo a tí ser de vida de la naturaleza y de
la magia delante de mis familiares y los presentes que están aquí y los que no
lo están. Me comprometo a quererte y saber el valor que tienes como llamise, a
luchar porque nuestra convivencia sea agradable, y que los momentos que no sean felices siempre
tengas un hombro en el que apoyarte.
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Nosotros ,dijeron a la vez los reyes os declaramos compañero y compañera de camino del amor, os
deseamos que seáis completamente felices.
Después del enlace se marcharon de viaje
a un valle precioso que está muy a lo lejos de la ciudad que rodea a mi palacio. Se llama
el Valle de los enamorados. Es uno de los lugares más bellos de mi mundo, porque
los paisajes están llenos de colores. Allí estuvieron un mes de descanso muy merecido.
Cuando finalizaron yo les regalé una hermosa casa de dos plantas, la de arriba
naranja y la de abajo de color morada.
Todo iba bien, llegaron las estaciones,
la del abrigo, la de la melancolía, la de las flores y la del calor, y así
hasta cuatro veces.
Mi mundo era cada día más prospero, más
feliz. Era un sueño hecho realidad. Hasta ese maldito día, del mes de géminis
del año 2000.
Lo tengo clavado en mi corazón. Todavía ,a día de hoy ,no lo he podido
superar.
Un buen día los trolls más pequeños estaban
jugando, cerca de donde se encuentra el muro que separa el mundo humano del
nuestro, pesar de que ese lugar está prohibido, ellos fueron, no les culpo no hay que darle más
vueltas.
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Crisis, coge el balón que vamos a jugar a este deporte
tan chulo, que se llama el balón en la mano.
Acto seguido el pequeño troll Crisis lo
cogió y con gran fuerza se lo lanzó a su hermanita Lia.
Sin darse cuenta ,el balón rozo con
fuerza una parte del muro y lo rompió.
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¿Y ahora qué hacemos?, preguntó la hermana llorando.
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No te preocupes, no se lo diremos a nadie, intentaremos
arreglarlo nosotros mismos. Si mal no recuerdo aquí había objetos de los
humanos. Podríamos coger este bote y taparlo.
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Ese bote que estaba en esa parte escondido era altamente
tóxico. No llegué nunca a saber por que
cuando recuperamos la magia no fue destruido como yo le pedí a Igor que se
había convertido en mi más fiel secretario.
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Después de coger dos palas y tapar el agujero se
marcharon a su casa sin confesar su fechoría.
En Palacio trabajaba la madre de los Trolls,
que respondía al nombre de Zaduquea. Cuando volvió al palacio al día siguiente,
y se incorporó a sus tareas en la cocina, al no saber nada manipuló los
alimentos con sus manos ya contaminadas.
Ya en palacio estábamos comiendo Paz y
Margarita, Dorio y yo, cuando paso lo
que paso. Dorio comenzó a ponerse muy
pálido, su pelo se volvió blanco como la nieve y sus ojos cambiaron de
color y se convirtieron en negros. Aquí esto es muy mala señal, significa que
la vida te está abandonando.
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¡Dorio!, ¡Dorio!, ¿qué te pasa?, preguntó Margarita,
Yo corrí y fui a mi habitación. Allí
tenía mi maletín verde para emergencias. Paz me acompaño, yo le pedí que lo
trajeran a mi cuarto, estuve poniéndole todos los medicamentos que tenía a mi
alcance, pero Dorio no contestaba a nuestras llamadas, cada vez estaba más débil.
Margarita no se separaba de la cama le cogía la mano, el olor era nauseabundo,
entonces lo reconocí; era un virus altamente peligroso, llamado PESTE MORTAL.
Yo era inmune, pero nadie de los que
estaban en esa habitación podía decir lo mismo.
Primero murió Dorio, luego Paz y por último no puedo escribirlo ,porque
todavía me duele el pensarlo mi amiga Margarita.
Llamé a Igor, (los trolls son inmunes a ese virus,
yo tengo sangre trolls, por eso he podido sobrevivir aunque mi aspectos es de
somnus). Paz lo sabía pero jamás le importo, y mis amigos habían muerto.
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No te preocupes, dijo Igor, tenemos que llevarlos a la
villa de la vida, allí deben entregar su esencia para que nazcan otros
llamises.
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No, quiero a otros llamises, los quiero a ellos.
Respondió Concordia mientras miraba con los ojos vidriosos al stroll.
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Tenemos que ir, dijo Igor. Me has oído tenemos que ir,
queda muy poco para que reciban una despedida decente.
Los llevamos en una
maquina que había inventando Dorio. En un momento llegamos, soltamos sus
cuerpos inertes y sin vida. Igor sabía
lo que tenía que hacer lo había visto
hacer mil veces, Azucena. No paraba de llorar y estaba totalmente hundida, no
solo se había muerto su hermano , sino también su mejor amigo.
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Igor se acercó y
con su gran mano atravesó el cuerpo de ellos, primero el de Dorio. No es desagradable,
porque es como si metieran la mano dentro de un muro invisible, no hay sangre y
por supuesto no hay dolor. Extrajo una semilla morada, y me la entregó.Hizo lo mismo con mi amor Paz
y luego cuando iba a hacerlo con Margarita, le pedí hacerlo yo, ya tenía en mis
manos las tres semillas. La que era de Dorio le pertenecía a su hermana, y la
de Paz a mí, ¿Quién se quedaría con la de Margarita?
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¿Alguien sabía si tenía familiares? Pregunto Azucena
-
No, no tenía a nadie, murieron todos en la guerra. Le
contesto Igor con profunda tristeza.
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Yo me la quedaré. Ahora sólo tenemos que coger tierra de
aquí después de enterrar los cuerpos. Le dije mientras contemplaba con tristeza
sus semillas en mis manos.
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Ya en palacio no soportaba el dolor inmenso de esas pérdidas.
Ya estaban plantadas las semillas a la espera de que nacieran nuevos seres.
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Un día recogiendo las cosas me encontré el tinte que
usaba Margarita para poner esas tonalidades a su pelo. Me lo puse y también su
ropa y sus gafas, de esa forma la tenía más presente. También en el cuello los tres collares colgados.
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Salí a la calle , ya estaba más fuerte, Azucena me llamó.
Esa misma tarde nacerían los pequeños llamises.
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Al abrir la puerta se asusto mucho. Parecía que había
regresado Margarita de entre los muertos y que la reina Concordia hubiera sido
quien hubiera muerto ese día.
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¿Qué has hecho con tu pelo y con tu ropa? Le pregunto
Azucena, mientras la miraba de arriba abajo dudando de la cordura de Concordia.
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Ya no quiero ser reina. Ya no me sirve de nada mi cargo.
No tengo al llamise a quien amaba, ni tengo a mis amigos. ¡Ojalá hubiera yo
estado en su lugar!.
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Sonaron unas campanitas. Era la señal de que las flores
se abrirían. De una de ellas nació un llamise muy blanquito y con los ojos muy
rasgados, al que decidí ponerle por nombre Nancio. Provenía de la semilla de Paz, de la semilla de Dorio nació una llamise a la
que la propia Azucena Mandarina, le puso su nombre y luego de la flor de
Margarita nació mi adorada Agatha.
Ahora no hay reyes en mi mundo. Sólo un
consejo formado por siete sabios, que dirigen muy bien el mundo de la felicidad
completa.
Yo me dedico a cuidar de mis pequeños
llamises, y a ser maestra en un colegio de las criaturas mágicas.
Siempre que me miro el cuello y veo los
collares recuerdo lo feliz que fui esos años con los mejores llamises que han
existido jamás. Me pongo muy triste, pero en ese momento, alguien tira de mi
vestido .Son mis tres pequeñuelos que viven juntos, ya que Azucena ha formado
su propia familia y ahora ama a Igor y es muy feliz.
Están muy atareados con el negocio del inventor
errante que han puesto. A Dorio le habría encantado ver que sus inventos se
ponían a la venta.
Algún día, cuando pase el tiempo, les
confesare la verdad, pero hasta que llegue ese día, para ellas, y para mi mundo
seguiré siendo, Margarita Lima.
Ya han pasado más de diez años, desde
que ellos se fueron. Mis pequeños llamises crecen fuertes, y alegres ajenos a
la verdad del origen de su existencia.
Aquí, nosotros jamás criamos a nuestros
propios hijos, salvo que seas otro tipo de criatura mágica, y no un llamisé o
un somnus.
Normalmente, cuando vas viendo que tu
vida va llegando a su fin, redactas una carta y la entregas al rey o la reina
que este en ese momento gobernando. Si
da el visto bueno el ser al que tú has
elegido para que se quede con tu criatura, es el único que de este modo puede quedarse
su custodia.
Pero no siempre esto es de esta manera. A
veces ocurre, que no hay nadie que se pueda encargar de ellos, entonces van al
colegio de la Sirena Cecilia, que es una magnifica maestra y los cuida hasta que alguien va a adoptarlos.
Una mañana del día veinticuatro del mes
de piscis, cuando estaba cambiando las sabanas de las camas de mis pequeños,
por otras limpias, las sabanas de ellos son del mejor raso, me gusta mimarlos y
cuidarlos.